La monteria en España: Una tradición única en el mundo

Si nunca has participado en una montería, es difícil entender realmente por qué atrae a tantos cazadores. La caza en una montería ofrece algo realmente inolvidable: es mucho más que cazar; es una aventura que comienza la noche anterior. La emoción aumenta durante una cena compartida con otros cazadores, recordando cacerías pasadas e intercambiando historias. La expectación continúa a la mañana siguiente mientras te preparas, asegurándote de llevar todo lo esencial, incluyendo siempre un chubasquero, por si el tiempo cambia, y un aperitivo con una buena botella de vino para brindar por los éxitos del día. Y, por supuesto, nunca te olvides de coger un par de cajas extra de munición, por si la suerte está de tu lado, algo habitual si cazas con Top Spanish Hunting.

Lo que hace que una montería sea tan emocionante es su imprevisibilidad, nunca hay dos monterías iguales. Puede que te toque un puesto difícil en el sorteo, como acabar batiendo el récord de la cacería. Pero por encima de todo, lo que de verdad importa es la camaradería, la alegría de cazar en buena compañía.

Salimos antes del amanecer, con la suerte de presenciar un impresionante amanecer a través de la ventanilla del coche mientras escuchábamos una gran canción en la radio. Al llegar, intercambiamos saludos y fuertes apretones de manos con nuestros compañeros de caza antes de reunirnos para el tradicional desayuno español de montería: un abundante plato de «migas» con un huevo frito, tocino crujiente y un buen vaso de vino para empezar bien el día.

Apenas habíamos dejado las mochilas cuando visualizamos el primer grupo: tres magníficos gamos acompañados de cinco hembras. En ese momento, supimos que nos esperaba una caza increíble.

Mientras preparábamos nuestros rifles, soltaron a los perros, que rápidamente captaron el rastro de un jabalí . Observamos cómo lo perseguían directamente hacia nuestro puetso A pesar de la complicada situación, Mark realizó un disparo perfecto, asegurando nuestro primer animal de la temporada

Poco después, vimos un enorme gamo a lo lejos. Mark decidió disparar. El primer intento fue demasiado lejano, y sólo hirió al animal en una pata trasera. Con la adrenalina a tope, recargó, siguió mis indicaciones y volvió a encontrar el blanco. Afianzó la puntería y, con un segundo disparo perfectamente colocado, abatió al gamo europeo.

Mientras intercambiábamos felicitaciones, disfrutamos de nuestro tradicional aperitivo, saboreando buen vino español, queso y jamón ibérico bajo la cálida luz de la tarde.