Con el inicio de la berrea en España, nos tocaba cazar un venao selectivo en Gredos.
Madrugamos para estar en la montaña antes del amanecer, y así tener una ventaja frente los animales, que, como el celo aún no estaba en su mejor momento, se recogían pronto.
Nada más bajarnos del coche, empezamos a oír varios venaos, y decidimos ir a una hoya muy grande donde más jaleo tenían.
Cogimos la vereda y una hora después estábamos allí. Antes de coronar la cuerda que daba vistas a este valle, espantamos una cierva que hizo que todos los venaos se callaran, pero ya los teníamos más o menos localizados por el sonido.
En cuanto nos dimos la vuelta vimos al ciervo al que queríamos tirar, y a pesar de que ya iba dispuesto a trasponer al siguiente valle, berreándole fui capaz de pararle unos segundos y Manu aprovechó para hacer un tiro perfecto a 350 metros.
Un rececho de venao selectivo en Gredos, en el que el trofeo pasa a un segundo plano, cazando en un lugar tan espectacular como éste. En pocos días con la berrea más fuerte, nos tocaba intentar un rececho de venao trofeo en Gredos.