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Primera tarde: Avistamiento de Rebecos Pirenaicos en condiciones desafiantes

Tras un breve descanso para recuperarnos del viaje, nos dirigimos directamente a la zona de caza, ansiosos por comenzar la aventura.

El tiempo no estaba de nuestra parte: las nubes bajas, el viento y las nevadas intermitentes dificultaban la visibilidad. A pesar de ello, conseguimos avistar algunos grupos de rebecos pirenaicos dispersos por las escarpadas crestas. Por desgracia, ninguno de ellos estuvo a tiro antes del anochecer, así que dimos por terminada la jornada y regresamos al hotel. Allí disfrutamos de una deliciosa cena tradicional española y nos preparamos para el día siguiente con grandes esperanzas.

Una mañana difícil: Un intento fallido de conseguir un Rebeco medalla de oro

El día siguiente nos recibió con una nevada aún más intensa. La visibilidad era escasa, pero sabíamos con certeza una cosa: desde el hotel no veríamos ningún rebeco. Así que nos preparamos y nos dirigimos a las montañas una vez más.

Tras una corta caminata, avistamos un magnífico rebeco de los Pirineos – un potencial trofeo de medalla de oro. Por desgracia, el fuerte viento dificultó el tiro y John falló. Fue un momento decepcionante, pero forma parte de la realidad de la caza de montaña. Nos reagrupamos y seguimos buscando, decididos a no rendirnos.

Por fin el éxito: un rebeco pirenaico verdaderamente viejo

Justo cuando estábamos a punto de tomarnos un descanso y esperar a que mejorara el tiempo por la tarde, la suerte se volvió a nuestro favor. A una distancia de unos 600 metros, localizamos un rebeco pirenaico excepcionalmente viejo: un auténtico trofeo. El plan era sencillo: nuestro guía local permaneció en un punto elevado para seguir al animal en caso de que se moviera, mientras John y yo iniciamos un lento y cuidadoso acecho.

Tardamos casi una hora en acercarnos a menos de 180 metros debido a la gran altitud, la espesa nieve y los vientos helados. Cuando por fin llegamos a la posición de tiro, el rebeco estaba tumbado, lo que nos obligó a esperar en el frío durante más de 20 largos minutos. Finalmente, el animal se levantó y John realizó un disparo perfecto.

Fue una recompensa fantástica: un rebeco rebeco pirenaico medalla de plata. Un trofeo muy trabajado y merecido tras una exigente cacería de montaña.
¡Enhorabuena a nuestro amigo John, y gracias una vez más por confiarnos tu aventura de caza en España!

Aventura de caza

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